• Autogestión.
"La autogestión es la vía más corta entre la decisión y la realización" J.M Florin
La ReHd no pretende centralizar ni restar autonomía. El grupo que hay
detrás de cada proyecto hortícola es plenamente soberano respecto de las
decisiones que toma y de sus consecuencias. Uno de los horizontes de
trabajo es facilitar una nueva concepción de los espacios públicos, para
que cuando están respaldados por comunidades humanas (regidos por sus
propias normas internas), pasen a ser concebidos, tratados y gestionados
como "bienes comunes", "procomunes" o "comunes vecinales"; tratamos así
de superar la tantas veces estéril dicotomía público versus privado y
enriquecer el creciente debate sobre la gestión ciudadana de los
espacios públicos y la imperiosa necesidad de nuevos modelos para la
concepción y gestión de estos espacios.
"El hecho de que las personas se responsabilicen y cultiven, aunque sea
una pequeña parte de su alimentación, es ya un hecho revolucionario"
Montse Escutia, ingeniera agrónoma
Estos espacios apuestan decididamente por una producción agroecológica
(alimentos naturales, sanos, ecológicos, cercanos y de calidad), inserta
en un horizonte de soberanía alimentaria. Como la producción de los
huertos comunitarios -la cosecha material-, salvo excepciones, suele ser
meramente testimonial, estos espacios están sirviendo en bastantes
ocasiones como trampolines o lanzaderas hacia iniciativas de
alimentación más responsable, conscient y, transformadora .
• Dimensión comunitaria.
"La constante actividad social, especialmente en los espacios públicos,
crea y fomenta culturas de hospitalidad" Amick Germain y Julie Gagnon
Estos espacios se usan como medios o recursos para el aprendizaje -no
solo como meros espacios para la producción hortícola-, para la
convivencia, la cooperación y el compañerismo, la educación ambiental.
En 2012 se decide cambiar el nombre de "Red de Huertos Urbanos de Madrid
(RHUM), demasiado genérico, tal es la eclosión de iniciativas que van
surgiendo (huertos de alquiler, huertos de ocio, huertos para jubilados,
huertos escolares…), y se opta por ReHd Mad! (Red de Huertos Urbanos
Comunitarios de Madrid), considerando el mayor potencial (y aspiración,
los huertos como espacios de re-educación comunitaria. La horticultura
urbana comunitaria muestra que el territorio urbano y la ciudad vuelven a
ser buenos elementos aglutinadores de la relaciones humanas (Sánchez,
2006).
A estos tres pilares podrían sumarse otros: educativo, participativo, y
sobre todo los referidos al arraigo y la vinculación territorial. Por
eso estas iniciativas, además de los anteriores pilares, promueven
decididamente fenómenos colectivos, arraigo y vinculación con el
territorio; cuando un grupo o comunidad se encarga de la gestión de un
espacio, ejerciendo una suerte de custodia, empieza a hablarse de
gestión de bienes comunes o pro-comunes (commons) (Subirats, 2011), algo que amplia y supera la tantas veces estéril dicotomía gestión pública versus gestión privada.
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